lunes, 13 de abril de 2009

Momentos


Podría cerrar los ojos y volver a cualquier instante del sábado noche. Esta vez hacíamos kilómetros juntas, tenía la sensación de que podíamos haber llegado al fin del mundo (¿Barcelona? Eso mismo estaba yo pensando). No quería que terminara el camino, que se consumiera la magia del momento. Olor a patatas del Mc Donald, estrellas que no querían perderse el espectáculo, y yo no soy nada sin ti. Aquí estoy yo y era un sueño, un sueño especial, no de esos que tengo últimamente que me da por "disfibrilar". Igual de especial que me sentía robándote miradas y tragándome cada instante contigo, podría comerme mil o dos mil fotogramas por segundo y quitarle al Golosina su récord personal.

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