Déjate convencer...

A medio centímetro de tí

Hoy soy tú como siempre. Estás a medio centímetro de mí en la ciudad de nuestros escondites. Faltan pocas horas para una nueva despedida y ya tengo ese nudo en mi estómago como cuando te comes un Dinosaurio. Hacía algún tiempo que no la sentía y supongo que de alguna forma ya sé me había olvidado lo mal que me (nos) hacía sentir estas circunstancias. Te despiertas deseando que todo sea una pesadilla y que en vez de Domingo fuera Viernes, o incluso Sábado. Luego te miro y doy gracias por tenerte en mi vida, por ser mi vida. Me encanta mirarte cuando duermes, eres preciosa. Odio las despedidas, nunca me acostumbraré a ellas porque cada vez me duelen más. Cómo me gustaría encontrarme con un genio de lámpara y pedirle un único deseo, que tú y yo nunca jamás tengamos que despedirnos. Me bastaba con eso.

Oídos sordos

Y es entonces cuando escuchas eso que no quieres oír, y te concentras más que nunca en hacer oídos sordos a lo que llega desde la otra esquina de este cuadrado. Sabes que tiene razón, y te duele, porque en el fondo tu también sabías que esto era así. Hoy he visto mi vida desde fuera y no sé si se ve peor que desde dentro. El caso es que, la mire de donde la mire no me gusta. Dicen que busque independecia, que tenga fuerzas, pero es que ya no sé como gritar que no me quedan, que la esencia que me queda la necesito para sobrevivir. Quizás es que necesitan que lo susurren... que a grandes gritos, grandes oídos sordos. Menos mal que ya queda menos, que ya estoy sufriendo mi invierno personal y necesito que tus brazos me acunen. Prometo jugar a esconderme entre tus costillas y que suene nuestra banda sonora... tus risas.

Tan feliz

Si no estás conmigo me muero en soledad y todo me da igual. Lo que quiero decir es que nada soy sin tí, que nunca fui tan feliz. En mi mundo de locura...

Aquí te lo grito.

Te Amo

y así quizá nadie nos escuche.

Y si nos escuchan que griten, que se lo hagan saber a todos

Desde cuando

"Pero es puro sentimiento..."

Borrasca

Ha sido una semana complicada con altibajos y sentimientos machacándome. No hacía falta ser pitonisa para ser consciente de que venían tiempos difíciles y que probablemente la soledad física iba a ser una de mis mejores compañias en mi futuro más próximo. Hablo de soledad física porque siempre te sentí conmigo, y menos mal, porque no sabes como necesitaba sentirlo así. Tres horas de infarto y dos muletas de por medio. Han pasado varios días y las cosas siguen igual, tengo la sensación de que estamos atravesando una borrasca de malas noticias, espero que este avión tome altitud y terminemos viendo el sol en unos pocos metros más. Por favor. Esta noche quisiera teletransportarme... me da igual el lugar, sólo que sea en tus brazos.

Tardes de Noviembre

No sabes cuánto cambia la perspectiva
de las tardes de Noviembre cuando tu no estás.