domingo, 22 de noviembre de 2009

A medio centímetro de tí

Hoy soy tú como siempre. Estás a medio centímetro de mí en la ciudad de nuestros escondites. Faltan pocas horas para una nueva despedida y ya tengo ese nudo en mi estómago como cuando te comes un Dinosaurio. Hacía algún tiempo que no la sentía y supongo que de alguna forma ya sé me había olvidado lo mal que me (nos) hacía sentir estas circunstancias. Te despiertas deseando que todo sea una pesadilla y que en vez de Domingo fuera Viernes, o incluso Sábado. Luego te miro y doy gracias por tenerte en mi vida, por ser mi vida. Me encanta mirarte cuando duermes, eres preciosa. Odio las despedidas, nunca me acostumbraré a ellas porque cada vez me duelen más. Cómo me gustaría encontrarme con un genio de lámpara y pedirle un único deseo, que tú y yo nunca jamás tengamos que despedirnos. Me bastaba con eso.

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