lunes, 10 de mayo de 2010

Alto y claro

Gracias.

Ya sé que no hacen falta y que sobran, pero me da igual.

Ahora que parece que la tormenta no es tan intensa, quiero sentarme y explicarte, que sin tí no hubiera podido. Ha sido, sino el más fuerte, si uno de los golpes más fuertes que me he llevado. De este tipo de golpes que sabes que te han destrozado, y que una aún una buena cirugía te dejaría cicatrices imborrables. Me quedé sin fuerzas, sin ganas, sin ilusión. Sin embargo no quise tirar la toalla, me aferré a nuestra ilusión, a nuestros sueños. Esos que están por encima de este mundo.

Me supiste comprender, aconsejar, escuchar, abrazar, calmar, relajar, aconsejar, sonreír, acompañar. Todas esas cosas que sólo tú sabes dar en el momento adecuado. Gracias por tumbarte a mi ladito cada una de estas noches sin estrellas, y coserme una a una mis heridas. Sé que las cicatrices estarán ahí, pero también sé que gracias a tí, han quedado en eso, cicatrices.

1 comentario:

Piojo dijo...

Gracias a ti por tanto.
Gracias por no tirar la toalla.
Gracias por dejarme estar a tu lado.

Te amo pequeña