miércoles, 21 de octubre de 2009

Su poder

Entré con mi sonrisa tímida y un tanto agitada, no sabía por qué (al menos hasta ese momento) pero desde abrí los ojos al mundo ese día, presentía que algo iba mal. Me dijo que me sentara y en ese momento, empezaron a salir palabras por su boca que bombardeaban y destruían mi mundo. Respire hondo, tragué, y salí de aquel cuarto. A medida que iba caminando, sus palabras venían a mi mente: - No está tan mal, está igual de mal que antes de entrar aquí. No sé si tomármelo como consuelo, o simplemente como una realidad que nunca me había planteado.
Tengo miedo, lo reconozco. Pero también tengo esperanza. A tí, que siempre estás ahí, que en los días negros me calmas y me guardas en tus brazos. Ahí sí que me siento inmortal.
Tengo miedo que se rompa la esperanza...

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