miércoles, 20 de enero de 2010

La de la dedicatoria al revés

Necesitaba hablar de tí, y de mí. Entonces recordé aquel cuaderno que me regalaste con la dedicatoria al revés, y no pude resistir volver a las andadas. Quise escupir el corazón por la boca y de una bocanada de aire soltar todos mis sentimientos, me desbordan las emociones. Mi corazón se mueve más rápido que este bolígrafo, que parece que va surcando nuestra historia. Quisiera poder explicarte que siento que eres todo lo que imaginé, que adoro tus desvarios que secuestran mi sonrisa. Mi corazón se ensancha con cada una de tus sonrisas, y en ocasiones, cierro los ojos, como cuando duermo a tu lado, porque creo que va a explotar. Sólo hace falta mirar atrás para entender el antes y el después de tí. Ya no tengo días en los que llorar era mi distracción infinita, o simplemente días grises. Debe ser que la caja de tizas pintan en permanente. Las utilizaré para escribir nuestra historia, para que algún día en algún lugar cuente la leyenda que un piojo enamoró a una pioja con un apartado de frases célebres tipo: "Yo nunca me enamoraría de una mujer" o, "Yo no me voy a enamorar nunca".


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