miércoles, 9 de julio de 2008

Sin manos



Se ha emborrachado. Siento que el hígado se ha emborrachado de tanto echarte de menos. Cuento los días, al revés, al derecho con la esperanza de que pasen más rápido. Necesito verte más que nunca. Necesito que te asomes por mis ojos y mires mi corazón. Que escuches como se cuelan los latidos entres las rejas de las costillas. Laten tan fuerte que hacen vibrar mi cuerpo. Que mi voz tiemble cuando intento hablarte. Me han cortado las manos. Ahora ya no toco. Ahora ya sólo se trata de acariciar con el corazón.

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