viernes, 18 de septiembre de 2009

Septiembre

Joder ya no recordaba como me dolían ciertas cosas. Ni de cómo me sentía cuando el frío se colaba en mis huesos. Y es que Septiembre nunca ha sido mi mes favorito, siempre se me ha atragantado y me ha devuelto soledad. No sé de qué forma pero los problemas afloran cuando esta a punto de comenzar el Otoño, y aparece esa canción que pasarías escuchando todas las tardes mientras miras por la ventana, con ganas de saltar y que toda esa lluvia me hiciera un lavado de cara, y de suerte, sobretodo suerte. Que me emociono tanto y se me olvida que yo no soy princesa que vive en cuentos, que me quedé en el proceso de mutación en rana, y las ranas no tienen finales felices. Eso sólo le ocurre a las princesas y a los sapos. Que sólo soy una rana sobre una hoja en medio de una catarata que va saltando de hoja en hoja para no caer al precipio, y que aún siendo consciente de que terminará cayendo, no deja de saltar. Ahora entiendo cuando me decían que soy masoquista, y yo que me burlaba de ello. Otra vez Septiembre... ojalá todo esto sólo fuera producto de un mes, y a las 00.01 del 1 de Octubre, despertara de esta mierda de pesadilla. Ah, se me olvidaba, felicidades, a veces eres un capullo pero no sabes cuanto me parte el alma que tengas que estar tan lejos y sólo. Impotencia, eso es lo que siento, impotencia y desgana.

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